Viajeros del Tiempo
Miro por mi ventana. Por ser horas avanzadas de la noche, la
situación me parece rara. A media cuadra hay una persona en pose de meditación
oriental. Es un hombre. Pero no termina ahí la extrañeza: a su lado, en
posición como para clavarle una daga, hay otro igual, de pantalón negro y camisa
blanca desabrochada.
Los dos parecen
meditar en la quietud; se los podría confundir con estatuas.
Para no perder la
cordura, analizo la escena, y concluyo que está congelada. Ninguna de los dos
realiza movimiento alguno y no parecen de este mundo. Pero, como si esta noche
fuera de sorpresas sin fin, como un espejismo, ¡desaparecen! Ya no están. Sólo
una neblina queda…
¡Estaban atrás del
parque que da a la ventana de mi habitación y se han esfumado! Antes de
volverme loco, deduzco: “Viajeros de otro mundo”. Lo que vi, espejismo de
tiempo futuro.
Lucas Alonso Escritor