Ese día estaba bastante inspirado, por
eso, decidí poner unas palabras con el teclado.
Luego de una corta frase que ahora no recuerdo, junto a una coma, sin
querer, apreté mayúscula. Grande fue mi sorpresa cuando vi el resultado: una “,”
Mayúscula ¡Pero mi asombro no terminó ahí! Llevado por el nuevo descubrimiento
probé con un signo de interrogación. Esta vez, no salió mayúscula. En cambio,
apareció un símbolo cuneiforme mesopotámico. Entonces, entendí que no eran
mayúsculas.
“Algo debe de estar pasando con el teclado,” pensé mientras tiraba
letras al papel virtual y más letras sumerias salían. También descubrí que, si
apretaba dos veces una letra, aparecía un nuevo significado, distinto del primero.
Los símbolos representaban: “A”, ondas de agua, “B”, beber y también buey, “C”, cebada y
también cabeza, “D”, doméstico y hombre, “I” ir, “P” pez, “M” montaña, “T”
Tierra y territorio, “V”, mujer. Como sólo tenía que poner la letra y salía en
este idioma, al final aprendí a escribir un poco de sumerio. Luego, lo único
que tuve que hacer fue aprender cómo se relacionaban los símbolos.
Soy traductor de idiomas mesopotámicos, y nadie sabe mi secreto.
El universo depara sorpresas…