Marita
reniega de su
naturaleza
camina
desnuda de ideales
pero
protesta
cuando
los vendedores
de
viajes estudiantiles
se
le acercan
Llena
su boca
de
espuma
y
palabras
ahuecadas
a picotazos
de
canario
Baila
extasiada
frente
a un espejo
ve
como sus brazos
se
le desprenden
del
cuerpo oxidado
en
sus canteros vacíos
crecen
pequeños arbolitos
prematuros
Esconde
armas mortales
bajo
su pelo percudido en
lilas
Camina
erguida
se
sienta erguida
duerme
erguida.
En
cambio
su
alma
es
un perro callejero
que
se convierte en peluche
a
la hora de dormir.
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