Nombre clave: Pata de
Araña
Nos juntamos como de costumbre
con Pata de Araña en Independencia y Avenida La Plata, en el bar Etéreo.
Con las palabras clave en
idioma español correspondientes a nuestra profesión, dije:
—Me extraña, araña, que siendo
mosca no me conozca y que siendo hormiga no me lo diga.
A lo que Pata de araña
respondió:
—El domingo se casa Piringo.
Nos miramos, nos fijamos que no
hubiera intrusos en los alrededores y, mi compañero dijo:
—En el barrio de Pompeya,
quedan tangueros que, cuando se sienten acorralados, dicen: “Ma, qué sé yo,
tenía una curda bárbara”.
Lo miré sin decir nada. Concluí
que era una artimaña muy inteligente la de mi compañero y de los tangueros.
Esperé a que mi respuesta
tuviera un efecto parecido, y refuté:
—La clave del éxito está en
tener actitud.
—¿Actitud María Marta?
—preguntó mi interlocutor.
Enseguida noté que estaba
usando una táctica de distracción muy buena, al dejarme en la duda si con
“María Marta” se refería a una amiga suya, a la banda de música “Actitud María
Marta”, o a la cantante argentina del mismo nombre.
Ahora sabía que sus intenciones
eran no llegar al punto de la cuestión para no darme la información que
necesitaba. Me quedé pensando un momento. Pero Pata de Araña, con una táctica
inspirada en un zoológico, y para no dejarme pensar, dijo:
—Me parece que se te está
escapando la tortuga.
Lo miré y respondí:
—Cuando todos creen que
entienden todo, en realidad nadie entiende nada.
Mi interlocutor sonrió y afirmó
con agilidad:
—Me río de Janeiro.
—¡Basta! —respondí entonces de
manera casi brusca. Continué:
—Si no vamos a hablar de nada,
mejor va a ser que nos separemos.
Los dos nos pusimos de pie casi
al mismo tiempo. Miramos al mozo que, momentos antes, nos había servido dos
caipiriñas que casi no tocamos, y que había prestado atención a nuestra
conversación. Nos miró con cara de perplejidad y susto. Luego, con un gesto de
su mano, dijo que nos fuéramos sin pagar.
Así
lo hicimos. Cuando nos juntábamos en Etéreo, Pata de Araña y yo, pocas veces
nos cobran.
Pensé en la posibilidad de que
el mozo sospechara algo de la condición de Pata de Araña y mía, de que
perteneciéramos a sendos servicios de inteligencia. Si sabría algo sobre mi
compañero, que respondía a Brasilia o mí mismo, que respondía al Gobierno
rioplatense.
Vi alejarse a mi contacto.
Sonreí por un momento. Pensé
tres cosas: primero, que la vez siguiente hablaríamos en portugués, que
esperaba que el servicio secreto brasileño realmente tuviera alguna información
importante sobre intraterrestres de Erks. Por último, y con media sonrisa, que
ésta era una de las ventajas de trabajar para los servicios secretos. Entre
tantas conspiraciones de intraterrestres, duendes y demás, a uno no le cobran
las caipiriñas en los bares.
Key name: Pata de Araña
We get together as usual with Pata de Araña at Independencia and Avenida
La Plata, at the Etéreo bar.
With the key words in Spanish according to our profession, I said:
—It is strange, spider, that being a fly you do not know me, and being
an ant you would not tell me.
To which Pata de araña replied:
—On Sunday, Piringo will be married.
We looked, we noticed that there were no intruders in the surroundings
and, my companion said:
—In the neighborhood of Pompeii, there are tangueros who, when feeling
cornered, would say: "Ma, I do not know, I had a barbarian Kurd."
I looked at him without saying anything. I concluded that it was a very
clever ruse of my companion and the tangueros.
I waited for my response to have a similar effect, and I refuted:
—The key to success lies in having attitude.
—María Marta Attitude? —Asked my interlocutor.
I immediately noticed that he was using a very good tactic of
distraction, leaving me in doubt whether with "María Marta" he was
referring to a friend of his, to the band "Actitud María Marta", or
to the Argentine singer of the same name.
Now I knew his intentions were not to get to the point in question so as
not to give me the information I needed. I thought for a moment. But Pata de
Araña, with a tactic inspired in a zoo, and to not let me think, said:
—It seems to me that your turtle is getting lost.
I looked at him and said:
—When everyone believes they understand everything, nobody really
understands anything.
My interlocutor smiled and said with agility:
—I laugh in January.
—Enough! —I responded almost abruptly. I continued:
—If we're not going to talk about anything, we'd better split up.
We both got up almost at the same time. We looked at the waiter who, a
little before, had poured us two caipirinhas that we hardly touched, and who
had paid attention to our conversation. He looked at us puzzled and a
frightened face. Then, with a wave of his hand, he told us to leave without
paying.
So we did. When we got together in Etéreo, Pata de araña and I rarely
get charged.
I thought about the chance that the boy suspected something about Pata
de araña's and my situation, that we belonged to two intelligence services. If
he knew something about my partner, who answered to Brasilia or myself, who
responded to the Rioplantense government.
I saw my contact go away.
I smiled for a moment. I thought three things: first, that next time we
would speak Portuguese, that I hoped that the Brazilian secret service really
had any important information about Erks's intraterrestrials. Finally, with
half a smile, that this was one of the advantages of working for the secret
services. Among so many conspiracies of intra-terrestrial, dwarfs and so on,
one does not get charged the caipirinhas in bars.
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